Otro día más, me encuentro encerrada en éste sótano, el
mundo se ha hecho un lugar muy peligroso e inhabitable, estoy quedándome sin
municiones, mi familia y yo no hemos salido desde el momento en que esos
monstruos han aterrizado en la Tierra, tengo miedo, mucho, devoran el alma de
los humanos y toman su cuerpo, no puedes confiar en nadie, si lo haces, puedes
ser engañado, han cambiado tanto las cosas, recuerdo mi vida antes de eso, la
extraño mucho, poder salir a pasear con la única preocupación de no llegar
tarde. Estamos enterados que pronto llegarán algunos militares, que tratan de
juntar a los sobrevivientes, pero no sé si lo lograrán. Observo como mi familia
juega a un juego de cartas, ya cansados y aburridos de lo mismo, escucho un
ruido que cada vez se hace como más cercano, hasta llegar a la puerta del
sótano, tocan.Una, dos, tres veces, el miedo aumenta y mi papá se acerca a la
puerta, mi mamá nos abraza a mis hermanos y a mi, como si su vida dependiese de
ello. Mi papá, con un palo de baseball en las manos, destraba la puerta y unos
hombres vestidos con ropa camuflada la abren, entran y siento como mi mamá se
tranquiliza un poco, pero yo no, ¿Cómo saber que no son esos monstruos? ¿Cómo
saber que son de los nuestros? Nos hacen agarrar nuestras cosas y rápidamente
salir de nuestra casa, veo por primera vez el mundo desde lo que sucedió, veo
como estaba todo destruido, nos subimos a una camioneta y ellos manejan, todo
iba bien, hasta que veo una cosa rara delante de nosotros, como una nave, mi
familia lo ve, y tratamos de escapar, pero ya era muy tarde, sentí como mis
ojos se cerraban al pequeño rose de uno de esos hombres y como yo, caía en un
profundo sueño.
Suri
domingo, 22 de noviembre de 2015
viernes, 20 de noviembre de 2015
Crónicas marcianas (Final inventado).
Me encontraba en la nave con mis compañeros, en el supuesto planeta llamado Marte, estaba observando detenidamente a una plaza que se veía a unos metros, que se me hacía extrañamente familiar. Me giré y vi como mis compañeros conversaban acerca del lugar y lo que podría estar pasando. Ideas raras sobre como los marcianos podrían haber llegado a construir todo aquello, y sobre el parecido a lo nuestro. Escuché una puerta cerrarse y volví a observar por la ventana. Me quedé atónito al ver a una niña, con rasgos tan humanos y parecidos a los de cualquier niña de la Tierra, ella se puso a jugar con una muñeca de tela en el jardín de su casa. Creo que notó nuestra nave, ya que se quedó mirando fijamente hacia aquí y luego volvió a entrar corriendo. Volví a mirar hacia la plaza, y sentado bajo un árbol, especificando que era un sauce, la vi, vi a una mujer de aproximadamente unos 22 años, de cabello rubio y ojos color miel, leyendo un libro, que estaba seguro que era el mismo que leía desde los 12 años, cuando se lo obsequiaron para su cumpleaños. Quedé helado, sin reaccionar, estaba como en trance y no sabía que hacer. Una parte de mi quería cumplir las órdenes del capitán y quedarse en la nave, pero la otra, tan sólo quería salir corriendo e ir a abrazarla. Terminé haciendo la segunda opción, baje de la nave a las apuradas y corrí hacia ella gritando ¡Alison!, ¡Alison!, a la vez que notaba a la niña de hace unos momentos salir con una mujer más grande y uno de mis compañeros yendo hacia ellas.
Alison levantó la mirada del libro y me observó, sus ojos se abrieron como dos platos y se levantó, llegué hasta ella y nos abrazamos. -¡Hermana! ¡Como te he extrañado!.- Reía y lloraba a la vez, un sentimiento inexplicable.
-¡Luke!.- Me respondió ella. -¡Cuanto tiempo sin verte! Estas tan grande.
Luego de abrazarla, gritar, decirnos cuanto nos extrañábamos y demás noté toda la gente que se había reunido y una banda que sonaba alegremente, vi a mis compañeros con sus familiares y amigos y sonreí alegre.
-Ven Luke, vamos, nos están esperando.- Miré a mi hermana.
-Alison, ¿Cómo puede ser, que tú, estando muerta, estés aquí conmigo?.- Le pregunté mientras caminábamos y ella sonrió.
-Son los misterios de la vida, ¿No crees? Sea como sea, de todas formas estoy feliz. Poder estar aquí viviendo de nuevo, me hace estar agradecida.- Me miró. -Aunque ha sido algo duro sin ti.
-Y no sabes lo que ha sido sin ti, pequeña.- Pellizqué su mejilla levemente como siempre lo hacía. Llegamos a una casa, igual a la que teníamos cuando eramos unos niños, la misma pintura, los mismos árboles, y el mismo sentimiento de estar en casa, entramos y ella llamó a Buss. Noté como nuestro perro, un ovejero alemán, que tuvimos cuando ella tuvo 15 y yo 20, se acercaba corriendo hacia nosotros. -Buss, amigo.- Dije cuando el perro e lanzó sobre mi, y cayendo con él hacia atrás como siempre. Entre caricias a Buss, juegos y charlas se hizo hora de la cena, acepté quedarme a comer con mi hermana, luego de ayudarle a juntar las cosas, me dijo que me quede a dormir allí, sólo por ésta noche. -No lo sé Alison, no quiero que mis compañeros se enojen, quizás me necesiten.- Ella se rió.
-¿Tu crees que te necesitarán ahora? Hermano, están todos con sus respectivas familias y amigos, quédate, no cambiará en nada.-
Lo pensé y decidí que me quedaría, me acompaño hasta mi cuarto y nos despedimos. Al entrar en él, estaba todo tal cual lo recordaba, me desvestí, apagué la luz, me recosté en la cama y escuchaba una agradable música venir de afuera, me quedé viendo por el ventanal las estrellas, hasta caer en un gran sueño, de lo cansado que estaba, no me percaté cuando alguien entró en mi pieza, hasta sentir como algo filoso me atravesaba y abrí los ojos de golpe para ver a mi hermana apuñalándome, me quedaba sin respiración y me desangraba mientras veía como la figura de mi hermana se deshacía y convertía en una masa sin forma.
Alison levantó la mirada del libro y me observó, sus ojos se abrieron como dos platos y se levantó, llegué hasta ella y nos abrazamos. -¡Hermana! ¡Como te he extrañado!.- Reía y lloraba a la vez, un sentimiento inexplicable.
-¡Luke!.- Me respondió ella. -¡Cuanto tiempo sin verte! Estas tan grande.
Luego de abrazarla, gritar, decirnos cuanto nos extrañábamos y demás noté toda la gente que se había reunido y una banda que sonaba alegremente, vi a mis compañeros con sus familiares y amigos y sonreí alegre.
-Ven Luke, vamos, nos están esperando.- Miré a mi hermana.
-Alison, ¿Cómo puede ser, que tú, estando muerta, estés aquí conmigo?.- Le pregunté mientras caminábamos y ella sonrió.
-Son los misterios de la vida, ¿No crees? Sea como sea, de todas formas estoy feliz. Poder estar aquí viviendo de nuevo, me hace estar agradecida.- Me miró. -Aunque ha sido algo duro sin ti.
-Y no sabes lo que ha sido sin ti, pequeña.- Pellizqué su mejilla levemente como siempre lo hacía. Llegamos a una casa, igual a la que teníamos cuando eramos unos niños, la misma pintura, los mismos árboles, y el mismo sentimiento de estar en casa, entramos y ella llamó a Buss. Noté como nuestro perro, un ovejero alemán, que tuvimos cuando ella tuvo 15 y yo 20, se acercaba corriendo hacia nosotros. -Buss, amigo.- Dije cuando el perro e lanzó sobre mi, y cayendo con él hacia atrás como siempre. Entre caricias a Buss, juegos y charlas se hizo hora de la cena, acepté quedarme a comer con mi hermana, luego de ayudarle a juntar las cosas, me dijo que me quede a dormir allí, sólo por ésta noche. -No lo sé Alison, no quiero que mis compañeros se enojen, quizás me necesiten.- Ella se rió.
-¿Tu crees que te necesitarán ahora? Hermano, están todos con sus respectivas familias y amigos, quédate, no cambiará en nada.-
Lo pensé y decidí que me quedaría, me acompaño hasta mi cuarto y nos despedimos. Al entrar en él, estaba todo tal cual lo recordaba, me desvestí, apagué la luz, me recosté en la cama y escuchaba una agradable música venir de afuera, me quedé viendo por el ventanal las estrellas, hasta caer en un gran sueño, de lo cansado que estaba, no me percaté cuando alguien entró en mi pieza, hasta sentir como algo filoso me atravesaba y abrí los ojos de golpe para ver a mi hermana apuñalándome, me quedaba sin respiración y me desangraba mientras veía como la figura de mi hermana se deshacía y convertía en una masa sin forma.
lunes, 31 de agosto de 2015
Pedro Páramo Análisis
Pedro Páramo
Relación entre Dolores Preciado y Pedro Páramo:
Pedro Páramo tenía una deuda con la familia Preciado, por lo cual hizo un arreglo y decidió casarse con Doña Dolores, para así ya no tener deudas con su familia.
Doña Dolores sentía algo por Pedro Páramo, pero eso no era correspondido, ya que para él ella solo era una más y nunca se enamoro de Dolores, la única mujer a la que llegó a amar fue a Susana.
Doña Dolores quedó embarazada de Pedro Páramo, pero él nunca se enteró de ello, porque ella se fue con su hermana, para nunca volver. El hijo de ambos, Juan Preciado, se dirige a Comala luego de la muerte de su madre, por el pedido de esta, de reclamarle a su padre lo que era o debería ser de ellos, pero Juan Preciado nunca llega a conocer a su padre porque ya había muerto.
Elementos de la novela característicos del "Realismo Mágico"
- Ruptura de planos temporales: mezcla el tiempo presente con tiempo pasado (regresiones) y tiempo futuro (adelantos). Nos damos cuenta cuando, en la novela, vamos leyendo la historia de Juan Preciado, pero hay regresiones que nos cuentan sobre la vida y los recuerdos de muchos otros personajes.
- Varios narradores: a lo largo de la historia, se puede observar que hay distintos narradores, que dan su punto de vista y nos narran los hechos y recuerdos.
- La muerte en si, no es un impedimento, Juan Preciado durante la novela, habla con personajes que ya habían muerto, como si aún estuvieran vivos, y se escuchaban murmullos y voces que provenían del lugar en el que se encontraba o cerca, y al tratar de encontrar a las personas de las cuales provenían, no había nada, ni nadie. Además, luego de que él muere, puede seguir hablando con personas muertas.
- Hay hechos reales, sociales y culturales del lugar, que están marcados en la historia.
Biografía de Juan Rulfo:
Nombre de nacimiento: Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno.
Conocido como: Juan Rulfo.
Nacimiento: 16 de mayo de 1917, en Apulco, Jalisco, México.
Fallecimiento: 7 de enero de 1986, en Ciudad de México, México.
Causa de muerte: Cáncer de pulmón.
Ocupación: Escritor, guionista y fotógrafo.
El Premio Nacional de Literatura por el gobierno deferal de México en 1970.
El Premio Príncipe de Asturias de España en 1983.
Obras:
- Un pedazo de noche, único fragmento que quedó de la novela El Hijo del desaliento
- La vida no es muy seria en sus cosas (cuento) (1945).
- El Llano en llamas (1953).
- Pedro Páramo (1955).
- El gallo de oro (1980).
- Talpa (cuento).
Tema a destacar: Tratos económicos (arreglos).
Este tema aparece en la novela, cuando Fulgor va a hablar con Pedro Páramo, y le informa que le debían a las familias "Preciados", "Fregosos", y a los "Guzmanes" y que ya no había de donde sacar para pagar. Entonces, Páramo le dice que mañana vaya y pida la mano de Dolores para él, que le diga que está muy enamorado de ella y que la quería, y que diga al padre Rentería que arregle el trato. Él decide casarse con ella porque era la familia a quien más le debían, y como su hermana se había ido a vivir a la ciudad, ella era dueña de el rancho de Enmedio. Dolores, a decir verdad, aceptó fácilmente la propuesta dada, ya que ella si sentía algo por Pedro, lo cual no era correspondido por su parte, que lo hizo solo para sacarse una deuda de encima, y que solo era una más de una lista larga. Sin embargo, ella lo termina odiando, por lo cual decide irse con su hermana, sin decirle a Pedro que estaba embarazada, él dijo que Dolores quería más a su hermana, que seguramente estaba a gusto con ella y que lo tenía enfadado, él no iba a inquirir por ella. Y Dolores no iba a regresar a no ser que él la llame.
Este tema me pareció interesante, porque es un ejemplo de algo que pasaba bastante en épocas anteriores, el arreglo de matrimonios, por la deuda de una familia a otra, o para la riqueza de ambas familias, sin que haya necesariamente amor de por medio, y alguna de las partes esté obligada.
Una muy buena novela, que cuenta algunas actitudes y situaciones socio-políticas de México en esa época. Y que sin esperarlo, al querer saber la historia de Juan Preciado, terminamos leyendo historias de muchos personajes, que cada uno le brindaba un conocimiento a él sobre su padre Pedro Páramo ya que habían sido parte de su vida.
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